En el amor uno solo piensa cuando se cruza con su alma gemela, mientras tanto la vida está para disfrutarla y hacer lo que te apetezca hacer sin pensar en nadie más; esa es la filosofía de vida de Danna, quien a sus veintiún años sigue experimentando con entusiasmo sin ningún tipo de reparo ni distinción ante los diferentes géneros existentes.
Lia, por el contrario, cree fervientemente en que debe resguardarse pura e intacta para su amor de la vida, para esa persona a la que está destinada. Ella comienza a temerse que es una chica, pues su propia homosexualidad se lo dice bastante claro. No obstante, aun así, espera de todo corazón que esa persona sea un varón para poder ser lo que la norma dicta y no crear tensiones en su familia.
Lia y Danna son lo total opuesto lo mires por donde lo mires y quizá por eso mismo están destinadas. Mientras una se esconde, la otra grita a los cuatro vientos su presencia; mientras una lucha por ser perfecta, la otra huye de ello; mientras una es yin, la otra es yang. Y mientras Lia teme el día del encuentro con su alma gemela, Danna ansía- Oh, no, espera, a Danna tampoco la entusiasma.
Portada por @PhantomWings, miembro de @FamiliaCactus.