Prólogo. Hay muy pocos recuerdos que tengo sobre mi abuela, pues murió cuando apenas tenía 8 años y muchos de esos maravillosos momentos se desvanecieron con el pasar de los años, solamente perduraron en mi mente aquellos que constantemente se repetían. Como las veces en las que me sentaba a jugar con mi hermana frente al televisor y ella se encontraba tejiendo en el sofá desgastado, sus lentes apenas se detenían sobre su nariz al mover con agilidad las agujas con el estambre. Las noticias en el canal sonaban a todo volumen por la casa a causa de su pérdida del sentido auditivo, cada día escuchábamos sobre las atrocidades que sucedían a lo largo de todo el mundo, sismos, inundaciones, bombardeos, tiroteos, asesinatos, etc. Recuerdo como ambas levantábamos la vista para ver el momento justo en el que los camarógrafos tomaban las expresiones de dolor, tristeza y desesperanza de las personas afectadas, quienes no dejaban de llorar ante la pérdida de seres queridos y pertenencias invaluables. Todas esas personas parecían buenas a mis ojos, parecían no merecer lo que les estaba pasando. - ¿Abuela, por qué las cosas malas le pasan a las personas buenas?-pregunté inocentemente. Mi abuela exhaló con tranquilidad y luego me miro a través de sus lentes. -Porque estaban en el lugar y momento equivocado...-dijo ella seriamente. "Lugar y momento equivocado..." Esas palabras rondarían en mi mente años después, al estar en aquel oscuro bosque, sintiendo como algo sobrenatural se adhería a mi como mi misma alma y dándome cuenta que ella estaba en lo correcto.All Rights Reserved
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