Musa de cristal

Selene Dallaras podría ser descrita de muchas formas, desde «impulsiva» a «reservada». Tiene sueños como todo ser humano, solo que a diferencia de muchos ella ha tenido una vida reprimida.

Criada bajo el seno de una familia devota al fanatismo religioso, en donde para todo existía un pero y una regla que cumplir. Negándosele llevar una vida normal y tranquila.

Sufriendo abusos por años por parte de sus padres y hermanos, por tener el deseo de descubrir más del mundo, fue condenada por su familia de la peor forma. Luego de encontrar la manera de huir y librarse de tales pesadillas, se ha vuelto una mujer fuerte e independiente a la cual la vida le ha dado muchas golpizas.

Su única manera de vivir es a través del arte, cuando su pincel se mueve en lienzos su alma se aferra un poco más a ella para no caer al abismo.

Cansada de los recuerdos que le atormentan cada vez más, decide presentarse a una entrevista en una de las empresas más grandes de tecnología, como recepcionista. Conociendo al gran jefe como todos le llaman, su vida da un giro de ciento ochenta grados al toparse con él. Él la hace rabiar, soltar chispas y sacar la grosera empedernida que vive en ella. Aunque también es capaz de encender su piel y hacerle temblar.

Dominik Ritcher es tosco, frívolo y rudo. Con la capacidad de pisotear y hacer sentir mal a cualquiera con solo unas palabras, tan imperturbable que asusta. Pero aun así guarda una gran admiración por el arte en secreto. Su piel se eriza y arde de solo ver aquellas pinturas y lo que pueden expresar, aquella artista tenía la capacidad de ver dentro de él.
Aunque solo se conociere un seudónimo de ella, sabía que le hacía justicia ser la musa de cristal.