Y sin más, se besaron. Se besaron y el mundo tuvo sentido por primera vez. Sus corazones se aceleraron, sus piernas temblaban, sabían que ese era el momento en el que una historia de amor comenzaría, una historia para causar envidia, una historia para plasmar en una obra de arte. Por fin, la palabra "amor" significaba algo para las dos chicas. Al fin habían encontrado lo que estaban buscando durante años. Atenas tomó la mano de Sara, entrelazó sus dedos. Sara se separó rápido y miró con miedo a Atenas, enseguida se lamentó por lo que había ocurrido. Habían sido los mejores segundos de su vida, sí, pero ambas eran mujeres y eso no estaba bien. -Atenas, esto no está bien... -Dijo Sara mientras una lágrima recorría su mejilla. -Sara... -No pudo terminar. Sara se dio la vuelta y comenzó a correr. Corrió hacia lo que era bueno, sintiendo cómo su corazón se rompía. "¿Quién soy? ¿Qué soy?" Sara tenía muchas preguntas en la mente y pocas respuestas.