Sergio vive feliz en su rutina. Hasta que conoce a Ángela, la chica del pelo azul, que consigue desiquilibrar toda su vida. -En efecto -dijo sonriente. Me miró a los ojos durante un rato. Sus ojos eran de un azul claro que hipnotizaba. Cogió un papel y empezó a escribir números-. Hagamos una cosa: en este papel está mi número de teléfono -me lo metió en el estuche- se ve que eres de los que sigue una rutina aburrida -dijo mirando mi agenda en la pantalla de mi móvil- te propongo un juego: nos vamos a ir proponiendo retos, nos llamamos y nos citamos a una hora y en un lugar.-explicó- ¿Te atreves a jugar?