Fue a finales de agosto, finales de aquel verano, cuando los dolores comenzaron, cuando una de las doncellas tuvo que llevarla corriendo al hospital mientras otra se quedaba a cuidar a Fuyumi que tenía tres años y Touya, que tenía tan solo uno. Fue en verano, que Enji estaba trabajando, que ella pudo sostener a su tercer bebé en brazos.