Tras el último concierto de Operación Triunfo, las fiestas privadas de los triunfitos, se hacían cada vez, más frecuentes de lo habitual. Entre todos, solían alquilar algún local junto a un barman y un DJ con la intención de pasar horas bailando, bebiendo y cantando, rememorando aquellos locos días de conciertos que tanto echaban de menos. A pesar de que no siempre estaban los 16, puesto que algunos tenían giras en solitario, otros promociones de sus singles o discos y otros simplemente no estaban en Madrid, el ambiente que se recreaba simulaba a la perfección todo lo que extrañaban de su pasado. Aunque... como siempre, el alcohol puede jugar malas pasadas, ¿no?
4 parts