- Un minuto nada más, déjame enfocar... Solo un momento. -
Tras un click simultáneo con el relampagueo de las unidades de flash difuminados con sombrillas de color claro efectúa la captura de la imagen de alta resolución que Fernando necesitaba para completar su trabajo encargado para la publicidad de una empresa trasnacional.
Se trata de la parte cotidiana y aburrida de su faena como fotógrafo, aunque ansía participar en la edición de la publicidad, su trabajo hecho de manera natural está bien visto en el medio, lo absorbe al punto que no le deja tiempo para participar en las extendidas jornadas de edición y reuniones con los clientes, destinándolo a la tediosa labor de luchar con las condiciones ambientales, modelos desencajados debiendo sacar el mejor partido de lo que a su ojo no engaña con esos andrajosos utensilios con los que cuenta.
Para aliviar su vista, sale de la ciudad con poca frecuencia, llevando consigo el equipamiento justo, algún modelo si viene al caso y sale de la ciudad buscando en la naturaleza aquellos colores que los rincones de la ciudad en deterioro le niega.
Aquella tarde soleada de Octubre, Fernando desconocía lo que le preparaba su escapada de la ciudad y el inmenso poder que significó sus certeros disparos en ráfaga.
Cuando Jana, una talentosa y apasionada arqueóloga, es elegida para un proyecto de exploración por el gobierno, no imagina que esta misión cambiará su vida para siempre cuando conoce al comandante Maximilian Hofmann; el prometido de la mejor amiga de Jana, por más que intenten evitarlo la atracción se vuelve cada vez más insoportable entre ellos, mientras se embarcan en una peligrosa expedición que los hará vivir una aventura llena de mentiras, secretos y erotismo. ¿Logrará Jana evitar mezclar sus sentimientos y su deseo?