"La Corona no se niega, la rosa no se presume. Se le demuestra lealtad y admiración, a las dos por igual." Caminar entre tantas miradas expectantes a alguna equivocación, hacía que mi nuca empezara a ponerse un poco húmeda. Se escuchaban murmullos, pero lo que realmente me alteraba aún más eran los zapatos de los guardias que se movían a mis pasos. ¿Esos hombres no podían comprarse unos zapatos menos ruidosos?, haría una ley para eso o solo les pediría de la manera más amable y tranquila que podría que sus zapatos dejaran de hacer un ruido tan molesto, o por lo menos irritante para mí. También pediría que acortaran la caminata desde la puerta de entrada hasta el trono. ¿Por qué tengo que estar tan presionada?, porque caminar todo ese tramo hacia que todo lo que había estado aprendiendo desde el día en que nací desapareciera en esos minutos de miradas y pasos. Más que nada cuando no me tienen Fe para cuidar La Corona. Está mal que la reina use vestidos cortos, quiera ser parte de las guerras y ande a Carballo, se case con un granjero y que su ex prometido príncipe/rey se case con una cantante. Si, lo sé. Demasiada información, pero esa es mi historia. Retrocederemos en el tiempo así les cuento como empezó todo esto, quien soy y por qué soy la princesa rebelde.
12 parts