Aquella irresistible sonrisa, su pequeña nariz, sus labios color frutilla y su dulce aroma me embriagan cada día más, me enferma de maneras turbulentas y me quema no poder tenerla, si tan solo hubiese sido todo diferente, no dudaría un solo segundo, entregaría mi alma al infierno tan solo si me dieran la oportunidad de estar en brazos de ella. La calma arde en mi, pero solo cuando estoy cerca de su presencia, me domina de maneras que jamás nadie pudo hacerlo, y deja en mi un deseo inmenso de poseerla cada instante, aunque sea prohibido. No debo desviarme de mi camino boscoso, tengo una misión y debo cumplirla aunque eso signifique dejar de lado mis sentimientos.