- Qué pasó con aquello de "No me conozcas, no soy bueno para ti" - su cercanía estaba acabando con la poca cordura que me quedaba. - No me hagas caso, quiero conocerte, tenerte, poseerte. En el buen sentido - aclaró - No soportaría verte pasar de la mano con otro. Ok, admito que no esperaba que un chico en llamas viniera a mi casa a decirme estas cosas a mitad de la noche mientras vestía una ridícula pijama. - Pero... yo, no lo sé Nathe - intenté alejarme un poco pero me detuvo ágilmente posando una de sus manos en mi espalda baja. - Por favor Aaliyah, dame una oportunidad. Ven - tomó mi mano - quiero llevarte a un lugar. - Mis padres están prontos a llegar y si no me encuentran en casa tendré serios problemas - Retrocedió un paso pero volvió a acercarse - Di que sí Morena, prometo traerte a casa antes que tus padres vuelvan. Quizá sea una locura lo que voy hacer pero este hombre lograba convencerme con tan solo mirarme de esa forma, no podía decirle que no. - Prometelo - al fin logré captar su mirada. - Yo, Nathaniel Hemsworth prometo traerla a usted, Aaliyah Moretz, sana y salva a su hogar antes que sus padres vuelvan - Quitó la mano de su pecho. - ¿Pinky promise? - extendí mi dedo meñique hacia él. - ¿¡Pinky promise!? - me miró extrañado. - Sí, pinky promise - fruncí el ceño. - No sé que es eso - rió. - Sólo engancha tu meñique con el mío, luego te explico - tomó mi meñique y aprovecho para acercarme a él y envolverme en un cálido abrazo. - Pinky promise, Morena.