Yo soy tuyo, tuyo inmensamente tuyo, a lo largo de tu breve aliento eterno, susurrando mi vida en nuestros besos perteneciéndote en mil miradas, soñándote en tus despertares, soy tuyo: mi meta lleva tu nombre. En un mundo donde tú existes, dónde reina la paz de tus caricias, con la ley de tus besos, y la obediencia de tus ojos, en el que tus labios me mandan, tu alma me enamora, y tú me fascinas. En este mundo, yo siempre seré tuyo. Nefy Dueñas.
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