La tinta negra resplandecia en sus brazos y te dejaba intrigada por descifrar sus tatuajes. Poseía unos ojos tan fríos como la antártida y tan vacíos como el seol. Y como olvidar, esa sonrisa pisocopata que te helaba la sangre. Leonard Owen tenía demonios con los que luchaba día y noche. Tenía secretos que nadien quería descubrir asta que llegó Bárbara. ¿Sabes cuál puede ser el peor error de esta chica?...es enamorarse del MOSTRUO.