Hace apenas unas semanas estaba muy feliz por mi matrimonio con Elías, con el que me iría a casar. El 16 de Marzo tendría que estar nerviosa y feliz, muchas personas me estarían ayudando arreglarme, toda mi familia me preguntaría si estaba segura y yo diría que sí. Tendría que irme vestida de blanco acompañada por mis padres al altar. Se suponen que sería el día más feliz de mi vida, estaba totalmente convencida de quererme casar con aquel hombre que más amo, era más que obvio que quería compartir y construir una vida con él. Tendría que estar preparando una boda, no un velorio.