Ella solo lograba confundirme, y aunque me negase a aceptarlo ella había cambiado mi mundo desde su llegada. Ahora que lo se, ya nada podré impedir que le diga lo que aquella noche debía decirle. . . . . . Los personajes no me pertenecen, son propiedad de Chinomiko y Beemov, yo solo los tomó prestados para Está historia. La historia es de mi autoria. Compartanlo, voten y dejen sus opiniones que me encantaría leerlos a todos.