El asesino rió mirando sonrojado a quien tenía enfrente, negando divertido con la cabeza. Se le comenzó a acercar, cada vez sintiendo más adrenalina y deseo con cada paso que daba.
Se subió a su regazo a penas llegó a su lado. Exploró sus anchos hombros con una mano, mientras que con la otra se encargó de acariciar su cuello con el cuchillo que empuñaba, casi como dibujando.
Logró hacer que brotaran finos hilos de sangre, los que sin perder tiempo se dispuso a borrar con su húmeda lengua. Respiró hondo apegado a él, embriagandose de su masculino aroma.
Se separó de él y lo miró a los ojos, para después besar por sobre la mordaza sus dientes cariñosamente. Le abrazó fuerte, con cuidado de no hacer cortes innecesarios con el arma blanca. Se acurrucó en él y en su calor.
- Horror, mi amor.
El susodicho sintió un escalofrío recorrerle la columna ante el repentino llamado. El de menor altura río enternecido ante la reacción.
- ¿Te puedo pedir un favor?
Se mordió el labio juguetón, esto producto de que por lo que sentía debajo su peso, la excitación por el momento era mutua.
- Ámame. Ámame. Ámame.
Ámame tanto hasta llegar a enloquecer.
Suspiró de la nada, y se escondió en el hueco de entre el hombro y el cuello de su preciado enamorado.
-Pero, por favor... sólo ámame.
Aquella plegaria quizás fué lo más cuerdo que dijo en la noche, cómo también lo más cargado con sentimientos que empezaron como algo puro, pero que terminaron intoxicandose.
Intoxicandolo de paso a él y a quien tanto ama.
Mucho más de lo que ya estaban
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Aclaraciones previas:
Los personajes usados en esta historia no me pertenecen, créditos a sus respectivos creadores. Se tocarán temas catalogados como sensibles y contra la moral. Prestar atención a las etiquetas de la historia.
[ Sanscest, HorrorDust ]
"Aclarado todo, espero que disfruten de su lectura"
Atte: Random.