Desde que aquella chica llegó a la institución, todo mi mundo cayó a sus pies. Mis ojos inconscientemente la buscaban, nada era igual sin esos perfectos ojos claros, su negro cabello rizado y su cuerpo delgado y perfecto. Me encantaba verla sonreír de lejos, y yo mismo hacerla sacar esa perfecta y hermosa sonrisa. Lastimosamente; esto era un Hospital Psiquiátrico y ella una paciente.