Me dejan suelto en el suelo, pero llevo mi carcel conmigo encerrado en esta pelota de plástico. Corro y corro por mi libertad, pero nunca lo logro. Este día decidí escapar de una vez por todas. La humana sólo se rie de mis pelusas de pelo y me trata de tomar con sus garras que cuán serpiente entra en mi jaula. Hoy debo lograrlo. Debo salir de este laberinto.