Cuando el sol se ponía era el momento de salir. Para ellos no hay restricciones, delitos, ni ataduras; sólo diversión, buen sexo y adicciones.
Se consideran a sí mismos "inmortales", ya que su vida corre riesgo cada vez que la noche los acoge, la oscuridad se vuelve su cómplice y siempre logran salirse con la suya.
Su actitud pesimista los lleva a ser enemigos, su gusto por lo prohibido a ser amantes y su entrega al peligro a ser a prueba de balas.
El trabajo que tanto esperaban llega a sus vidas y será un reto para los dos, que por supuesto, están encantados de hacer así se lleven a unas cuantas personas de por medio y hasta su propia libertad.
Porque mientras dicen que quien juega con fuego se quema, a ellos les encanta jugar; aunque por dentro tengan miedo de admitir que no encuentran la salida de esa oscuridad por más que la busquen.