Las historias pasaron de generación en generación en los pueblos pesqueros y se fueron extendiendo por todo el mundo. Estas cuentan sobre chicas hermosas de ojos profundos e hipnotizantes. Corazones cálidos que ayudaban a los marinos extraviados a encontrar su camino a casa. Se les conocía como selkies. Mujeres que se protegían camuflándose con sus pieles de foca. Trágicas historias de amor sobre esos seres son contadas en las horas del amanecer por aquellos pescadores que resisten el sueño y la bebida. No se aceptan copias ni adaptaciones.