Isabelle, así se llama ella, su vida no es el típico cliché de las historias de amor, ni decide ser algo extraordinario, simplemente suceden cosas...
Tales como un descubrimiento personal, trata de responder a la pregunta ¿quien soy? Y no, no que hace, no que come, no como se llama, ni de donde es. ¿quien es? Aunque la respuesta abarca todo eso y más. En el transcurso de su vida, irá descubriendo más cosas de las que sabe. Simplemente sucede su vida. Algo normal desde el punto de otra persona, más para ella es una aventura que quizá no haya decidido vivir, pero que una vez presentada ante ella, no quiere dejarla ir... ella le llama oportunidad.
No es la invisible, ni la callada, ni la popular, es alguien humilde y con corazón sincero, que reflexiona acerca de todo, no se rinde sino lucha, se atreve y vive, es una joven libre y decidida que trata de mirar la mejor cara de la moneda y piensa que el amor es una pérdida de tiempo, simplemente lo ignora, hasta que a sus 17 años una tarde fría pero reconfortante de noviembre conoce a la persona que se va a ganar su amor cada día, cada hora, minuto y segundo, resulta no ser ese cliché que tanto miraba ridículo y va a vivir una historia de amor algo diferente, pero siempre con lo suyo. Muy apuesto el chico, pero a ella eso no le importa, quiere conocerlo y eso lo va a lograr, quiere lograr con el un amor distinto; más cosas se vendrán con este amor vivido, sin importar las circunstancias... que más da, esto es una oportunidad de vivir el amor de princesa que siempre quiso de niña, y lo tendrá enfrente, donde experiencias que ampliarán sus horizontes estarán presentes en este amor, la pareja vivirá muchas aventuras en su transcurso.