13 chapitres En cours d'écriture Mi nombre es Adalia Becker y hoy acabo de graduarme como la mejor estudiante de Derecho. Los aplausos, las felicitaciones se escuchan por todas partes... Estoy abrumada pero mi mundo se detiene cuando me preguntan si ¿Alguna vez soñé con este futuro de niña? Soñar... Si algo recuerdo de mi niñez es que nunca tuve sueños y asi es como mi mente me traiciona. Y, en lugar de estar aquí, con un diploma en mis manos, estoy allí, donde todo comenzó.
Nací en Alemania en 1988. Aprendí demasiado pronto que el hambre duele, que la gente aparta la mirada cuando hueles a miseria, que nadie tiende una mano a los que ya están en el suelo. Mis padres se rindieron. La droga se los tragó poco a poco, hasta que una noche simplemente no despertaron. Recuerdo haber intentado despertarlos, gritarles, suplicarles... Pero ellos ya no estaban.
Me lanzaron a un sistema que nunca tuvo un lugar para mí. Orfanatos fríos, camas duras, manos crueles. Aprendí a callar, a no llorar, a no esperar nada. Porque esperar significaba romperse un poco más cada vez que la realidad me golpeaba con su verdad.
Pero entonces apareció él. Noah Asher. Un niño de sonrisa fácil, de ojos limpios, que no vio la mugre en mi piel ni el peso en mi espalda. Me vio a mí. Me llamo por mi nombre. Y con sus risa, con su ternura, me hizo creer. Aun asi siempre estaba esa pregunta que me atormentaba ¿Dónde está Noah? ¿Alguna vez volveré a verlo?
Hoy me dicen que lo logré, que vencí lo imposible. Pero ellos no saben la verdad. No saben que algunas cicatrices nunca sanan, que algunos fantasmas nunca se van. Y que hay promesas silenciosas que, aunque el mundo las olvide, el corazón nunca deja de buscar.