Imagina que un día tu vida es normal y la compartes con la gente que amas, y al otro estas encerrada dentro de una caja metálica y oscura que te lleva a tu próxima vida. No, no me refiero a la muerte, sino más bien a un secuestro junto con una gran dosis de recuerdos olvidados, y lo único que sabes es tu nombre; algo tan valioso e insignificante cuando tu destino es un lugar desconocido. ¿Mi nombre? Es tan delicado como el pétalo de una rosa. ¿Yo? Puedo llegar a sorprenderte en un abrir y cerrar de ojos.