Richard Weetman, tan varonil, tan noble e irresistiblemente atractivo a los ojos femeninos, había puesto mi asqueroso mundo patas arriba. No creí que el no tener dinero y ser una huérfana, me haría la persona más afortunada del mundo, pues de no ser así, él jamás se hubiese hecho cargo de mí y mucho menos me hubiese resguardado en su casa hasta que ya fuese mayor de edad. Lo que si nunca esperé, y esto lo digo demasiado en serio, sería que me terminaría enamorando de él, y tampoco me esperé el que tuviese un mínimo interés en una cría de tan solo diecisiete años, con un pésimo vocabulario, con un modo de vestir bastante inapropiado y con una rebeldía incontrolable como la mía, después de todo, nuestras clases sociales eran diferentes, sin embargo, nuestros mundos separados jamás hubiesen podido unirse si no nos hubiésemos conocido en el porche de su casa mientras iba por la ropa sucia de su casa para llevarla a la lavandería, después de todo no lo hubiese conocido si yo no hubiese estado en la estación de policía por ser una chica con un alto índice de problemas. Pero así sucedió, y las cosas cambiaron cuando sentimos el desesperado deseo de unir nuestros cuerpos, tan solo fue un juego al principio, pero desde la primera vez, fue como si me hubiese pegado a sus sabanas y como si él se hubiese quedado pegado A mi cuerpo, ¿Pero que de malo podía pasar? Tan solo nos habíamos acostado una noche, después de todo seguíamos siendo de mundos separados, ¿No?
LIBRO TRES DE LA SAGA ÁMAME.
Summer ha estado enamorada de Nikolai desde que tiene memoria, ella siempre ha estado consciente de que nunca pasaría algo entre ellos. Pero luego tras besarse y quizás un poco más, Nikolai comienza a ver de otra forma a Summer, por lo que ya no es solo la mejor amiga de su hermana.