La invitación

Y empezó como si nada, era un viernes normal o por lo menos yo creía eso, llegue a la parada del bus y la vi, la reconocí a lo lejos pero en mi mente decía no no y no, no es ella, pero era ella en todo su cuerpo y majestad, aquella mujer que hace años me había dado los mejores orgasmosy con quien compartí el sadomasoquismo.
Salude fríamente no pude dejar de recorrerla disimuladamente esas curvas seguían ahi pero esta vez mejores y yo con ganas de tenerla en una mesa con un látigo y sus uñas arañando mi piel, mientras la veía recordaba esos arañazos y chupones, las cachetadas y esos gemidos que tanto me calentaban, llegamos al trabajo cada una por su lado o intentamos al menos, primera mirada a la hora del almuerzo y me coloco nerviosa, tanto que caí mi jugo y no almorcé.
Pasaron los días y de saludarnos cordialmente a hablar un poco mas, y asi fue como me invito a verla a su pieza yo acepte con seguridad pero por dentro era una cachorra asustada y llegue a su pieza, mi sorpresa fue cuando la vi sexymente acostada con un conjunto negro solo Sonreí al verla y quede platificada al lado de la puerta no me moví no dije nada solo Sonreí y no me acerque, aunque por dentro solo quería saltar encima y comermela entera disfrutar de esos pechos hermosos de esa piel que cada vez que la miraba ardía de deceo, y aunque ella me invito a acostarme huí como una cobarde solo la mire me acerque le di un beso en la mejilla y me fui, ardiendo en deceo y pensando como tan cobarde pero esta invitación solo era el principio de la historia.
Habrían mas invitaciones por llegar y mas cosas que hacer.