Mi nombre es Isabella Jensen, tengo 17 años de edad, y, hace solamente un año me mudé con mi família a Bristol, Inglaterra.
La vida aquí es muy diferente,bueno, era de suponerse, estoy muy lejos de mi tierra natal, Uruguay.
Debo admitir que no extraño tanto mi país, sé que volveré, y que Inglaterra será solo una experiencia, por eso disfruto de estar aquí, teniendo la oportunidad de conocer una nueva cultura, hablar un idioma diferente, cursando nuevas materias, conociendo gente nueva, en fin, respirando otro aire.
Soy consciente de que dejé una vida entera en Uruguay, y, aveces, pensarlo me entristece. Generalmente por las noches, antes de dormir, se me vienen mil recuerdos de la vida que dejé "atrás" por decirlo de alguna forma; mis amigos, Federica y Amelia, eran las que mas falta me hacían, extrañaba oir sus escandalosas risas, sonando juntas después de decir alguna estupidez, y luego de eso, charlas de horas y horas de depresión continúa por la madrugada. Ahora, tratamos de hacer eso lo mas parecido posible a pesar de la distancia, pero no es lo mismo, definitivamente, no lo es. También extraño a mis compañeros, de todas formas, hay gente con la que curse gran parte de mi vida, y debo admitir, que, nunca imaginé extrañarlos, después de todo, eran chicos y chicas comunes a la cual estaba mas que acostumbrada a ver.
Por un lado, obviamente, también me hace un poco de falta esa pequeña família que tengo, y que dejé allá, no sé, aveces extraño verlos,pero solo aveces, puede sonar insensible, o no sé, pero nunca fui muy apegada a ellos, de hecho, nunca fui apegada a nadie mas que mi abuelo, pero de todas formas, y lamentablemente él ya no está entre nosotros.
He dejado mucho allá, pero, lo que aún no he podido dejar, y que siento que me persigue, a pesar de que ya ha pasado mucho tiempo, es, el recuerdo de un amor.
Galia Davies tiene 23 años y nació en Bristol, Inglaterra. Su vida, en apariencia, transcurría de manera común, marcada por la estabilidad de una familia de clase alta. Sin embargo, había algo que no encajaba en su rutina diaria: su amistad con Lando Norris, el joven piloto estrella de McLaren en la Fórmula 1.
A lo largo de los años, se habían vuelto inseparables, pero lo que Galia guardaba en su corazón era un secreto inconfesable. Estaba enamorada de él, un amor profundo que jamás se atrevería a revelar. Era el tipo de sentimiento que prefería ocultar, como una sombra que la acompañaba en cada paso, y si fuera por ella, lo llevaría consigo hasta la tumba.
Pero el destino, siempre impredecible, tenía otros planes. ¿Sería posible que Lando llegara a corresponder a esos sentimientos ocultos? ¿Qué sucedería cuando, por circunstancias ajenas a su voluntad, su relación tomara un giro inesperado y ambos se miraran de una manera completamente diferente?