La manera de sentir la musica varía dependiendo de la persona. Cada quien la siente a su manera, Cada quien la vive de forma diferente. Algunos solo se dedican a escucharla. Como él en estos momentos. Sonriendo mientras ve las finas manos de dedos largos deslizarse por la fila de teclas del delicado piano., Creando una suave e hipnótica melodia, que le hace creer que esta en lo mas alto del cielo rozando con las yemas de los dedos la suavidad de las nubes. Mientras que de igual manera se siente ir y volver del infierno mientras ve como la garganta se contrae con cada palabra recitada por aquel chico su chico. Park JiMin sabía que el pasarse por la pequeña plaza aquella vez estaba escrito en su destino. El cual esperaba por él sentado frente a ese piano un tanto desgastado pero que lucia delicado ante sus ojos casi igual a quien le pertenecía. Park JiMin sabia que él haberse dejado guiar por la suave melodia entre él tumulto de gente que se amontonó al rededor de aquel artista de cabellos color vino tinto, fue la mejor jugada que dio la vida para que alfin él y él chico ahora dueño de su corazón, alma y cuerpo encontraran su recompensa despues de tanto dolor, después de aquellas penumbras a las que pertenecieron ambos en algún momento. Pero sobre todo JiMin sabia que aberse permitido amar a aquel chico que le robaba suspiros y pensamientos puros e impuros fue la mejor decisión que pudo haber tomado, incluso si la sociedad dictaba que estaba mal o que era contra la naturaleza amar a otro chico de su mismo sexo. El que alguien le reprendiera o dijera lo contrario era totalmente inútil e innecesario. Que la sociedad lo juzgara era algo sin importancia, de por si no se sentía parte de la sociedad en si. Y justo en aquel momento que la musica acaba y aquel chico le voltea a mirar con esa hermosa sonrisa de perfectas encías rosadas es que vuelve a rectificarlo. Min YoonGi es su recompensa Min YoonGi es su destino.All Rights Reserved