~Tal vez, el día que me ahogue, aprenda a respirar~
Siglo XXI, calle Colerman, casa 2, sí, la del tejado deforme, esa en la que todas las mañanas la señora de aspecto cansado y abrigo púrpura, el señor de sombrero arcaico de los jueves, y la niña que en este instante persigue su-seguramente-pelota, pasan de largo sin prestar ni la más mínima atención.
En esta historia podrás encontrar una crítica de la sociedad a través de los ojos de una niña de once años. (Y no, no tengo 11 años, si no 14, pero por favor, la vida adolescente está muy vista)
NO se permiten copias NI adaptaciones, gracias.