El hombre del mar es un tipo curioso: viaja sin llegar a ningún lugar, zarpando el océano sin detenerse. Las aguas y los vientos toman el barco. Él vive en su barco con una sola pregunta: ¿por qué los vivos se obsesionan tanto con su destino? No hay nada que detenga al hombre del mar, excepto tal vez, el ancla de su barco. ¿Para qué la tiene si está decidido a nunca detenerse? Su viaje es solamente un poco más largo que el de los demás.