A pesar de sus intentos de soltarse, él fue apretándole el brazo con más fuerza, haciéndola sentar en su regazo.
Ella evito mirarlo a los ojos, sin embargo, él con delicadeza fue alzando la barbilla de la joven provocando que sus miradas se encontrarán y con firmeza le hizo una confesión que ella nunca olvidaría.
- Me enamoré de ti, desde la primera vez que te vi y a pesar de todos los momentos que compartimos juntos, sabes que nunca jugaría con tus sentimientos , tienes confiar en mí. - Admirando la belleza de aquella joven que tanto amaba, él cedió al ardiente deseo de tocar su piel -.
Pasando sus manos a través de su larga cabellera color miel, acercó sus labios a los de ella, besándola con pasión como si no existiera un mañana.
A través de la fina tela de su camisa, ella fue sintiendo los latidos de su corazón; Mientras la besaba, su barba de varios días, le hacía cosquillas en la cara.
Tratando de liberarse ,ella fue golpeándole el pecho con sus puños, pero a pesar de sus intentos, él no la soltó, si no que la besó con más intensidad que antes y rodeando con sus fuertes brazos la delgada cintura de la joven, la fue abrazando con tal de poder sentirla más cerca.
Ella lentamente, dejo de resistirse y se entregó al placer de sus besos y caricias sobre su piel.