[Aiteda. Universo alternativo]
La mariposa monarca tiene un cerebro de apenas del tamaño de la cabeza de un alfiler, pero posee una brújula cuyo referente fijo es el Sol, con un reloj circadiano sumamente exacto basado en un ciclo de veinticuatro horas. Su vida, toda su existencia, dura veinticuatro horas. Ni más, ni menos. El cómo procesa la información sobre el tiempo y el espacio es un caso extraordinario para la ciencia incluso ahora.
Averiguar esto fue lo que inspiró a Aitana Ocaña, una joven promesa del ballet, a garabatear una pieza original para su presentación solista, que derivó en una obra completa que le cambiaría la vida, obligándole a dejar atrás a su academia, a sus amigos, y... a su pareja.
Aitana se convirtió en la Mariposa en cuestión de meses, y así como la monarca, emigró lejos.
Cinco años después de su gran debut, las circunstancias le hacen volver a donde todo inició, al corazón de Madrid.
Pero cinco años sin contacto son mucho tiempo, y todo ha cambiado para entonces.
Luis Cepeda, su antigua pareja, ya no es un desconocido que actúa en el metro. Ha pasado de estrella naciente a estrellado creciente, pero definitivamente ya no es la persona que era. La vida, el aleteo de las alas de la mariposa, y las manecillas del reloj no han sido tan complacientes con él.
Pero ellos no son como las jodidas mariposas.
Ellos viven más de veinticuatro horas...
... eso si no se matan entre sí antes.
[Aiteda. Universo alternativo]
Aitana Ocaña luchaba consigo misma día a día, entre el pasado que la atormentaba, el presente que la abrumaba y el futuro que le resultaba inexistente al haber perdido a quien creía el amor de su vida.
Luis Cepeda no buscaba problemas cuando voló de su pasado. Sin dinero, sin familia, un veinteañero en el medio del centro de España que definitivamente no buscaba destruirse a sí mismo ni volverse a componer con tanta facilidad por nadie.
Ella no estaba buscando absolutamente a nadie, tras su último desastre amoroso que terminó en tragedia. Su ex estaba muerto. Su corazón estaba muerto. Su alma estaba muerta. ¿Podría este humilde chico de Ourense revivirlo?
Él tampoco necesitaba precisamente a una chica, menos a una como ella que estaba repleta de demonios. Él tenía sus propios demonios con los que luchar como para buscarse más, pero son solo mirarla no lo pudo evitar. Tenía que conocerla. Tenía que saber su nombre. Tenía que saber el nombre de sus demonios.
¿Sería posible un amor con tantas idas y vueltas?
¿Sería posible con un corazón roto y uno inexperto crear uno que funcione bien?
¿Sería posible... que el tiempo estuviera de su lado esta vez?