Los padres de Guille decidieron que por su propia seguridad, lo mejor era enviarlo a un internado para hombres pero hay un detalle, Guille es mujer. Huir al otro lado del país. Cambiar -no de manera literal- tu sexo. Tu nombre, a medias. E intentar vivir entre más de quinientos seres masculinos. Sí, esto no iba a ser fácil. Pero no le quedaba otra salida mejor.