¡Quiero matar a mi jefe!

-¡Intento de ser humano!¿Quién se cree que es?
-¡Tu jefe! Cosa llamada mi secretaria.
-¿¡¡Me acabas de llamar cosa!!?
-¡Si! Ese calificativo va contigo a la perfección. ¡Deserebrada!¿Cómo se te ocurre ponerle sal al café?
- Es que se les acabó el matarratas. ¡Y tú! ¿Cómo osas meterte con mi comida estúpido?¿ Vinagre?¿Es en serio? No me digas que es tu manera de admitir lo ácido que eres. Energúmeno.
Si,lo sé,en este punto te preguntas si tenemos cinco años,pero en mi defensa tengo que decir que es insoportable trabajar con un cavernícola,que se cree el rey del mundo. Y por si fuera poco el universo se burla de mi poniedo a un puto adonis como mi jefe y querido vecino. Aunque se que esta mal, mis instintos asesinos me dicen que le voy a hacer un inmenso favor a la humanidad poniendo arsénico en el café que me hace ir a buscar al otro lado de la ciudad. Pero veo esos ojos, y me acuerdo que la comida en la cárcel es asquerosa y por el momento me planteo no ahogarlo con una almohada mientras duerme. Entonces cuando por fin voy por mi merecido almuerzo,su vos de dios griego suena interrumpiendo mi salida.
-Alaska querida,bruja de mi corazón, necesito que vayas a mi casa y me traigas unos papeles que deje.

¡Será cretino!

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