Helia Ortíz, una chica de quince años ruda y que está en contra del sistema se enemista con el club de fujoshis de la escuela prestigiosa en dónde recién se inscribió... Accidentalmente entra al club pensando que era de arte o anime, pero en cuanto leyó un manga, y vió que en su mayoría era de este género "yaoi", en las portadas y sinópsis, se dio cuenta de su error, y molesta porque nadie le dijo, ofendió diciendo: "Esto es lo más desagradable que he visto en mi existencia, me voy, yo soy heterosexual, no debo estar aquí, es incómodo, qué locura de club", y soltó el manga en el suelo, y se dispuso a irse de ahí, cuando la presidenta del club fujoshi; Galinia, le obstruyó la puerta, advirtiéndole a ella que sí no se disculpa, levanta y limpia el preciado manga, su vida será un infierno terrible. "Ya me acostumbre a el, y aparta, chica extraña", dice Helia y la aparta de la puerta. Se vá calmada mientras le grita: "¡te arrepentirás estúpida homofóbica!"... Jovial un chico lindo, muy popular en la escuela, es admirado mucho por su carácter demasiado tierno, estética perfecta con rasgos muy afeminados, y su musculatura moderada e ideal. Dicen los rumores que él es gay, porque se parece mucho a un personaje famoso de manga y anime yaoi. Félix, un chico extremadamente guapo y musculoso, es mejor amigo de Jovial, él es el opuesto a su amigo. Los rumores dicen que es bisexual, pero es desmentido porque Helia encuentra una prueba de laboratorio dónde dice que Félix es heterosexual, y accidentalmente este dato queda en el blog de Galinia, quién lo fotocopió... Por culpa del club de fujoshis, Helia es considerada lesbiana en la escuela, porque en el blog de Galinia, hay fotos y vídeos de una chica y Helia dónde aparecen "muy cariñosas". Helia dice que es sólo una amiga. Pero lo que no saben es que esa chica bellísima es Jovial disfrazado, ya que le gusta trasvestirse y Helia lo descubrió, pero prometió guardar el secreto.
En la cima de la montaña, el aire es más frío y el silencio más ensordecedor. No es solo la nieve la que cae en el descenso, también lo hacen las certezas y los miedos. En el mundo del snowboard, cada salto es un riesgo y cada curva puede cambiarlo todo.
Sue Harper ha pasado su vida deslizándose entre expectativas y sueños, buscando algo más que aplausos: la certeza de que su lugar en la cima le pertenece. Pero cuando la línea entre la ambición y los sentimientos se vuelve borrosa, el verdadero desafío no está en la pista, sino en mantener el control cuando el corazón quiere lo contrario.
En un espacio donde la lealtad, la rivalidad y la libertad chocan como avalanchas, aprender a confiar puede ser más peligroso que cualquier caída. Porque el hielo guarda secretos, y a veces, lo más difícil no es llegar arriba... sino no perderse en el camino.