El día empezó cómo normalmente lo haría. Sin embargo, este día no era como los otros. Los alumnos de la clase 1-A entraron en el aula, saludándose y sacando sus celulares para distraerse antes de comenzar las clases. Unos charlaban, otros leían, unos observaban. Y había otros que se dedicaban a ver un sobre pegado con cinta adhesiva en el pizarrón con la caligrafía del único estudiante que no se había presentado el día de hoy: Midoriya Izuku.