Es doloroso no poder recordar a una persona que antes fue la más importante para ti, que fue una de las pocas que jamás perdió las esperanzas en ti y siempre te demostraba una pequeña sonrisa en aquellos momentos difíciles. Pero es aún más doloroso que aquella persona no te recuerde, el pecho se comprime cada vez más cuando te trata con indiferencia y sus ojos te miran con hostilidad.