Amanda está cansada de vivir en la sombra de sus hermanas. Ella tambien quiere encontrar a su amor, pero nadie parece notarla. Hasta que conoce a Gonzalo, un niño rico que lo tiene todo y está acostumbrado a recibir lo que desea. Juntarlos no es la mejor opción. ¿Terminarán por matarse? Lo que sí es seguro, es que su odio no los hará enamorarse. El agua y el aceite no se juntan. Ellos dos tampoco deberían hacerlo.