Todas las noches, John Laurens se encuentra en sus sueños con un pelirrojo. Nunca lo ha visto en la vida real, ni siquiera conoce su nombre. Siempre asumió que se trataba de alguien perfecto para él, creado por su mente para satisfacerlo. Cuando un día ve a ese chico pecoso de carne y hueso a tan solo unos metros de él, su corazón late con fuerza, sintiendo que es el único quien puede llenar el vacío en su pecho, como si se pertenecieran inmutablemente desde otras vidas.