Inmediatamente había pensando en reflexionar un poco, en soñar y entre palabras, hundirte y acabar en la nada, totalmente perdida como si todo aquello a lo que alguna vez amaste se perdía con tal rapidez que ni tu corazón podía sentir la dura apuñalada de toda tu realidad desvaneciéndose en la nada y ver entre lágrimas que todo ya no tiene sentido. Eso tal vez le pasó a Alejandra, tan blanca como la porcelana, que, en su afán de conseguirlo todo, todo lo perdió.