El crimen imperfecto

Estoy loco. Todos lo estamos, lo sé, pero creo que yo lo estoy aún más que la mayoría. He cometido un asesinato. Maté a mi propio hermano. Creí, al principio, que sería el crimen perfecto, pero hoy no estoy tan seguro. Él sigue acá, ¿entienden? Aunque sé que no es real, que está en mi cabeza y todo lo que pretendan decirme, hay veces en las que dudo si es que alguien podría mercer, por ejemplo, enamorarse o querer siquiera a un asesino demente como yo. Desde luego que no. Qué cosas digo.

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Este es el primer volumen de la triología Bórquez. En esta ocasión, la historia la narra Marcos, un joven atormentado por su pasado, que lo persigue constantemente. Pero también, cuenta la historia de su entorno, es decir, de su familia, conocidos, y a la vez, de la situación política y social de la época.

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La habitación estaba en penumbras, eso lo recuerdo bien. Mamá estaba en la cama, durmiendo. Se veía menos pálida, o eso creí notar. Yo aún me consideraba buena persona, en ese entonces, y la muerte me era un tema ajeno. Mamá no moriría, desde luego; eso pensaba todo el tiempo. Iba a vivir, iba a estar junto a nosotros, junto a mí y a Clara. Pedro me importaba poco. Él ya era mayor, nosotros no. Pedro podría tomar sus cosas e irse, así de simple como decir "chao, me largo de esta pocilga". Pero nosotros no. Y por eso, mamá no podía morir.