Alba tenía su carrera de bellas artes prácticamente acabada. Natalia llevaba años sin estudiar y solo cantaba en bares o en la calle, ganando dinero. Una noche cualquiera se vieron desde lejos y la cosa cambió. Quizá la rubia salvó a la morena, o fue al revés, ni ellas mismas lo saben hoy en día. Las cosas no iba tan mal cuando se conocieron, se salvaron y se ayudaron, fueron pequeños pilares para la otra. La vida de ambas cambió demasiado, quizá no era nada fácil, pero nadie dijo que fuera fácil.