Esto era una pesadilla. Mis preciadas vacaciones eran arruinadas por un bastardo, y esto me pasa por querer ser amable con la gente imbécil. Por su maldita torpeza ahora los dos estamos solos en una isla desierta. Muchas chicas desearían estar en mi lugar ahora mismo, todas morirían por estar solas con el guapísimo Brent Rooney, el chico musculoso pero careciente de cerebro. Pero yo, Savannah King, maldigo la hora en la cual lo conocí.