El y ella nunca fueron el uno para otro. Pero ellos nuca se dieron cuenta y siguieron justificando sus errores. Esas justificaciones que solo eran escusas. Hasta que vienen los arrebatos, los dolores y los falsos perdones, que por desgracia eran faciles de creer. Esa sonrisa de angel. Esos ojos brillantes y azules como el mar. Solo engaños.