Somos dueños de nuestro propio destino, pero no de las personas que participan en ello. La locura es el plato más delicioso y delicados que se podría servir a una criatura. Esa misma, provocó en ella placer; algo tan retorcido y poco conocido por muchos. Casi un mito. Ella es la oscuridad con ojos de ángel, es, eso que todos huimos una vez, tú maldición, tu placer, esa adición que nunca has soltado. Es el pecado. Pero también fue su salvación, o eso creyó ciegamente. Jugaron a ser dioses, cuando eran simples mortales. Juraron lealtad a fuerzas que no comprendían. ¿Quien eres para juzgarlos? Nadie. Solo otro espectador. Bebieron todo lo que soportaron sin saber que todo aquello sería pagado. Eran jóvenes. Y su tiempo era infinito. Esa fue la creencia, y se entregó a él. Y juro amor por aquello desconocido y vendió su alma a quien no debía. Y su alma dejó de ser de ella y se volvió de él. Sus ojos no eran más suyos, y se perdió. Pero el prometió buscarla. Ella está perdida, siempre lo ha estado; solo que hasta hoy se dieron cuentan. Ella podrías ser tu. Corre, corre muy rápido y no te detengas hasta escuchar tu nombre. Él te encontrará; y serás de él nuevamente. Trae un arma contigo, por que el no fue amigable con nosotras y tampoco esperes que lo sea contigo. Ten cuidado pequeña niña, no sabes a quien juraste amar.