Kara Danvers es una joven de veintidós años que, resentida con la vida por su dura infancia, ha estado en malos pasos desde su adolescencia. Desde que llegó a National City ha estado teniendo deudas con Verónica Sinclair, quien por la alta suma de dinero de la última de sus deudas decide darle el plazo de un mes para pagarla o de otra forma no volvería a ver la luz del día.
Es por ello que decide asaltar un mausoleo del cementerio en el que, según su novio Mike, hay objetos de valor ocultos. Grande es su sorpresa cuando, al entrar a dicho mausoleo, no sólo se encuentra con dichos objetos de valor, sino también con un ataúd el cual decide abrir por curiosidad encontrándose con una mujer de aspecto bastante conservado como para estar muerta durante tantos años.
Llevada por la avaricia, Kara decide quitarle un collar de esmeraldas que colgaba en su cuello pero en el momento en que lo logra permanece en shock cuando la mujer, que se suponía estaba muerta, toma su brazo y luego de morderla comienza a beber la sangre que brota de su herida. Asustada por lo que le provocó aquella mordida, Kara huye del lugar volviendo a su departamento sólo para ser seguida por la oscura figura de lo que había despertado en aquel cementerio.
Lena es la ama y señora del infierno.
Ver al mundo decaer en el pecado mientras bebía un vaso de whisky o una copa de vino podía ser considerado uno de sus pasatiempos favoritos. Sin embargo, lo que más amaba hacer era arrastrar almas al infierno que serían torturadas con más fervor que cualquier otras, pues pertenecían a personas que decidían sucumbir ante un contrato con ella. Aquellas personas podían pedirle cualquier cosa que desearan en el mundo, con el único costo de su alma.
Una noche cualquiera se encuentra con un alma como tenía tiempo sin verlas, una tan pura que estaba dispuesta a hacer lo que fuera para obtenerla. Fue así como conoció a Kara Danvers, una joven común, con un trabajo común y una vida aburridamente común, a quién decide ofrecerle su ya mencionado trato, un deseo por su alma. Pero grande fue su sorpresa cuando luego de firmar su tan elaborado contrato, Kara desea que Lena le pertenezca, convirtiéndose así en propiedad de la inocente rubia y viéndose obligada a cumplir; sin que Kara lo sepa; todas y cada una de sus peticiones y deseos como si fueran órdenes para ella.
*Corrigiendo shabaz*