La mujer corrió entre las llamas. Desesperada, se dirigía a la habitación en el piso de arriba, subió las escaleras sin importarle demasiado que el fuego acariciara su cuerpo esbelto y devorara su pelo. Abrió la puerta de golpe, los llantos del bebé que descansaba en la cuna eran tan fuertes, que pudo escucharlos através del infierno. Se apresuró a avanzar hasta la cuna, cuando un trozo de madera le interrumpió el paso. Cuando pudo levantarse, el bebé había dejado de llorar... Alzó la vista. El demonio sostenía al recién nacido en sus manos. - "He vuelto por lo que me pertenece" -siseó la criatura, levitando sobre la cuna. Las llamas se volvieron más y más salvajes, hasta que el fuego, fue demasiado...