Poison Me, Please. (PREÁMBULO)

Venenos, como más que una herramienta de exterminio...

Los ratones toman venenos y mueren; no son deseados, son pestes. Para Aranea, si tienen ojos de chocolate y pelaje rizado es indiferente, no merecen sino el honor de probar sus brebajes. Por otro lado, una señorita joven conoció lo que es tener una vida estricta, basada en el control y el uso de la razón pero, en un sólo día, arrastrada por protocolos sociales, la estructura de sus acciones culmina en un momento de excesos, alcohol y farra, ciega por la belleza de unas desagradables acompañantes e insistente camaradería, quienes la abandonan en la planicie a fin de que pruebe su valentía, al comienzo del bosque junto al letrero que canta "NO PASE". Esa es Mistyc, que debió haberse negado a todo lo anterior y, claro, no debería haber preguntado expresamente a Aranea si podía envenenarla y acabar con su tormento. El veneno fue hecho por la guardiana que la halló... Y falló.

Mistyc D'améliorer, está perdida por no obrar con prudencia en medio de la nada.

Aranea Flare, más que una amante de la naturaleza, una hija de lo oculto. Su presencia grita "Bruja" y sus hechizos lo certifican cuando los cuervos guían sus pasos.

Si se nos diera la oportunidad de morir de la forma que deseemos... ¿Cuál sería la mejor opción? ¿Vivir?