Segunda parte de Apostándole al Amor
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Es realmente hermoso ver a un hijo crecer sus primeros pasos, sus primeras palabras, su primer sonrisa, en fin; poco a poco Jos destacaba en el trabajo, pareciera que nuestro hijo, le hubiera dado cuerda para no parar y sobresalir con tanto ímpetu, cada vez nos sentíamos más enamorados.
Bueno eso creía.
No me di cuenta que cada día que había pasado me dedique a ser madre, y casi por completo me olvidé de mi adorado Jos, era cariñosa, siempre buscando cocinarle lo que a él le agradaba tenía sus ropa limpia, impecablemente planchada, la casa era un espejo, todo parecía estar bien. Pero no era así, porque me olvidé de ser su amante, su confidente, su amiga, su MUJER Y sólo era su esposa, y la madre de su hijo; me olvidé de mi aspecto personal, de que él me encontrara perfumada, arreglada, esplendorosa.