Mi vida, mi comportamiento y mi físico siempre han estado conforme a lo requerido y estipulado por la sociedad, nada, ni una sola pieza se ha desencajado, hasta que el vestido de princesa que siempre ha ocultado mis imperfecciones me ha empezado a quedar chico, tendré que costear otro que si se amolde a lo que soy, una reina. Y aquí es cuando se descubre que no soy perfecta. Porque no tengo que serlo para pertenecer a la realeza. Mi realeza.