- Esto será epico - dijo riendo - en el momento que te quieras escapar de aquí, pondré ento en un altavoz así todos te escucharán.
- No te atreverias - Intenté tomar el celular, pero es una tremenda bestia, solo le llego hasta su estúpido y bien ejercitado pecho.
- No, no... Te falta mucho para alcanzarme, niñita.
- De todas maneras, no me importa, ya todo el mundo sabe que no se andar en bici. - Mentir es mi especialidad. Se mentir tan bien, que hasta yo aveces me creo mi propia mentira.
- Puedes engañar a el mundo, pero sé que eso no es verdad, si te escapas, este audio, lo escuchará todo el mundo
Corrí escaleras arriba para escaparme por la enredadera de mi ventana - Así, pues trata de prohibirme que me escape. - Susurré mientras me salía de mi ventana. Cuando estaba a punto de poner el pie en el piso, sentí un choque eléctrico que me hizo caer al suelo.
- Te dije que no vas a salir de la casa - el desgraciado tenía una de esas cosas que ocupa la policía que tira choques eléctricos. No me podía mover, me quedó doliendo la pierna. Me cargó como un costal de papa hasta mi habitación - de aquí no te levantes, le diré a la chica de la cocina que te prepare café o algún desayuno. Si te quieres volver a escapar, no dudaré en volver a usar la picana - me enseñó la cosa con la que casi me había electrocutado - así que te conviene quedarte acostadita jugando con tus muñequitas.
- No soy una niña, ya no juego con muñecas.
- No me interesa, entonces quédate en cama. -